Después de haber realizado una obra o reforma en una vivienda, local u otro espacio es esencial llevar a cabo una limpieza fin de obra. Este es uno de los tipos de limpieza más demandados, siendo también de los más importantes.

La limpieza fin de obra necesita ser afrontada con profesionalidad e implicación máxima. Debe ser más minuciosa que la convencional, puesto que la suciedad acumulada durante la obra requiere equipos y materiales adecuados para llevarla a cabo con éxito.

¿A qué consideramos una limpieza fin de obra?

La limpieza fin de obra consiste en la retirada y eliminación de toda la suciedad que ha sido acumulada durante el transcurso de trabajos en un espacio.

La finalidad de la limpieza fin de obra es volver a usar el espacio con total normalidad.

Esta suciedad y alérgenos acumulados exigen una labor de limpieza profesional para obtener el mejor resultado posible.

Qué incluye la limpieza fin de obra

Puesto que la limpieza después de la obra engloba una lista de tareas muy amplias, conviene saber cuáles son, cómo afrontarlas, qué herramientas se emplean, qué productos se necesitan, cuáles son los puntos más complicados…

Si bien es cierto que no es algo exacto, hay una serie de tareas que siempre aparecen por norma general.

  • Limpieza de todo el espacio: Cuando se finaliza una obra, es necesario limpiar completamente toda la zona, incluidos paredes y techo que a menudo se olvidan puesto que aunque no se perciba a simple vista, habrá una cantidad de polvo adherida a dichos sitios.
  • Retirada de polvo y restos en las partes superiores: Desde arriba hacia abajo, el proceso incluye quitar polvo, marcas, restos de pintura, cemento, yeso o silicona. Si hay radiadores que no han sido cubiertos es necesario repasarlos a fondo. Lo mismo con otros elementos fijos, como rodapiés, enchufes, puntos de luz, etc…
  • Barrido y fregado: Se recoge y retira toda la suciedad acumulada en el pavimento,  haciéndolo con delicadeza y teniendo en cuenta siempre el material de los suelos. Para ello se emplea maquinaria especializada, como puede ser una máquina fregadora-limpiadora o un aspirador en seco, sin descartar los medios manuales en casos puntuales y concretos.
  • Baños: En este caso se eliminan también adhesivos, siendo importante incluir toda la superficie alicatada y desinfectar y desodorizar para evitar gérmenes y bacterias.
  • Cristales: Esta es una zona sensible que requiere una mayor delicadeza,
  • Terrazas: Barandillas incluidas, además de retirada de suelos y paredes, siempre teniendo en cuenta el material de los mismos.
  • Puertas: Se debe limpiar las puertas de todo el edificio o vivienda, por ambos lados incluyendo los marcos.
  • Escaleras: Si hay escaleras se debe llevar a cabo su limpieza, eliminando todos los restos y suciedad e incluyendo pasamanos.
  • Zonas comunes: Tanto el rellano como las escaleras y el ascensor, cuando se compartan espacios, son zonas que sufren el trasiego de la obra, por lo que se deben eliminar los restos.
  • Repaso general: Una vez limpiado todas las zonas se hace un repaso general, pues siempre pueden quedar pequeños restos que no han sido visibles en un primer momento y que después se aprecian.

Ventajas de contratar a una empresa profesional en limpieza final de obra

Disponer de una empresa de limpiezas profesional como Limpiezas Vivema te garantiza que la limpieza fin de obra esté siempre en buenas manos.

Nuestra experiencia en el sector nos hace saber lo que necesita exactamente tu caso particular, ofreciéndote un presupuesto ajustado que te evite sorpresas desagradables.

Si necesitas una limpieza fin de obra ponte en contacto con nosotros sin compromiso.